La nueva generación del conocido urbano británico vuelve a crecer para ofrecer un coche más amplio y con mejores acabados. De momento sólo estará disponible en las terminaciones Cooper y Cooper S. A lo largo del 2.014 llegará el One.
Lo primero que llama la atención de este Mini es su tamaño, es claramente más grande. Su longitud es de 3,82 metros, con una anchura de 1,73 y 1,41 de altura. Su maletero se queda en unos pobres 211 litros. Sigue siendo un coche divertido de conducir y sus nuevos motores prometen buenas prestaciones. El más potente de la gama es el Cooper S, que se distingue a primera vista por su aspecto más deportivo y la entrada de aire en el capó. Tiene un 2.000 CC Twinpower Turbo con 195 CV de potencia. El Cooper se queda en 1.500 CC, con 138 CV para la versión de gasolina y 118 CV para el diesel.
En la terminación interior ha ganado bastante respecto a los modelos anteriores, en los que predominaba demasiado el plástico en el salpicadero. El diseño en general es muy similar a los anteriores Mini, con el velocímetro detrás del volante (antes era sólo cuentarrevoluciones con ordenador de abordo), las salidas de aire circulares y los botones interiores de la consola central con ese aire retro que tanto gustó en la primera generación de la etapa en BMW. Lo que no me gusta nada es el espantoso círculo que llena el centro de la consola en el que se encuentra el navegador. En el modelo original era el velocímetro y quedaba muy bien, pero ya ha perdido todo el sentido. Además, se nota que los diseñadores de este tipo de coches se preocupan poco de limpiar los interiores de sus vehículos, porque con tanto hueco tiene que ser un calvario dejar impecable este salpicadero. En el cocesionario no dudo de que se verá bonito, pero cuando tenga más de un año a ver cómo se ve por dentro.
Respecto al exterior, sigue siendo totalmente reconocible. El Mini tiene mucha personalidad y es un coche que gusta. Para los que no sean aficionados les resultará difícil distinguir las distintas generaciones, pero en general los fans de la marca no están muy convencidos con esta nueva versión. Es demasiado grande, su diseño parece que no da más de si y es una parodia de sí mismo, con unos pilotos horrorosamente desproporcionados y un frontal "inflado". Por supuesto que mantiene detalles bonitos, incluso novedades curiosas como las luces diurnas dentro de los faros, pero a da la sensación de que BMW no ha sabido mantener la altura esta vez y se ha quedado un paso atrás del Audi A1, el nuevo rey de los urbanos por prestaciones y calidad de acabados. De todas formas no dudo que seguirá siendo un superventas a pesar de su elevado precio respecto a sus alternativas.
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