El Polestar adelanta las líneas de la versión más deportiva y extrema del Volvo S60. El prototipo tiene más de 500 CV y mantiene las formas elegantes del modelo de serie.
Cuando el grupo chino Geely compró Volvo en 2.010, muchos temíamos por el futuro de la firma sueca, pero está claro que están haciendo las cosas muy bien, manteniendo su filosofía de fabricante de coches "premium" con personalidad y mucha tecnología. Ya nos sorprendieron hace poco con el V40, un compacto con muy buena relación calidad-precio y una preciosa estética. En esta ocasión le toca el turno a la versión extrema de su berlina más vendida, el S60. Exteriormente se distingue a simple vista por las llantas, faldones y alerón. Pero lo mejor de todo está en el interior, con un motor de 508 CV que le permite superar los 300 Km/h acelerando de 0 a 100 en tan sólo 3,9 segundos. Sin duda son cifras mareantes, al nivel de las superberlinas alemanas. De hecho, cubre muy bien el hueco dejado por el RS4, porque el M3 es un coche demasiado técnico, nada que ver con la comodidad y sensillez que presenta este Polestar.
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