A simple vista puede parecer un reloj clásico más. El Jaeger Le Coultre Duometre Lunar Quantieme se presenta en caja de oro con unas medidas contenidas de 40,5 mm y correa de piel marrón. Pero independientemente de su elegante diseño, lo que impresiona de este modelo está en su interior, con una complicación que no tiene precedentes. El Calibre 381 que monta esta pieza tiene dos fuentes de energía independientes sicronizadas que se reparten el trabajo de controlar la precisión y las funciones propias del reloj: horas, minutos, segundos, y las fases lunares en los dos hemisferios. Este sistema llamado Dual-Wing es una solución prodigiosa. El movimiento lo forman 367 componentes con 40 rubíes y su tamaño total es de 33,70mm de diámetro. Late a un ritmo de 21.600 alternancias por hora y tiene dos barriles independientes que le otorgan una reserva de marcha de 50 horas.
Jaeger Le Coultre es una de las manufacturas más antiguas. Llevan 178 años fabricando modelos de Alta Relojería, con producciones de un nivel al que sólo pueden llegar Patek Philippe, Audemars Piguet y Vacheron Constantin. Sus mecánicas son de gran complejidad, están acostumbrados a fabricar las mayores complicaciones existentes: relojes de repetición, calendario pepetuo o los hipnóticos tourbillones. En su amplio catálogo podemos encontrar auténticas joyas. Este Duomètre Lunar Quantième es un claro ejemplo de su continua investigación para conseguir el calibre perfecto.
Fuente: http://www.lacotedesmontres.com/
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