El nuevo Omega Seamaster 300M ya está disponible en los Concesionarios Oficiales. Aunque en las primeras imágenes parecía un paso atrás respecto a su predecesor, la realidad es que el reloj ha recibido un rediseño en el que se ha mejorado prácticamente todo. El sustituto del que fue el diver de James Bond desde los años 90 llega pisando fuerte.
Que Omega está reestructurando toda su gama para hacerle frente a Rolex es más que evidente. Esos cambios incluían la eliminación de maquinarias de cuarzo y la introducción de nuevos calibres propios. El anterior Seamaster 300M tenía dos versiones, el Quartz y el Automatic con el conocido 2.500C. En el nuevo modelo se suprime el calibre "de pila" quedando sólo la opción mecánica, que estrena el calibre 2.500D, basado en el ETASA 2892 con profundas modificaciones como el escape coaxial de George Daniels, la espiral de silicio y una marcha de 25.200 alternancias frente a las 28.800 originales. Tiene certificado de precisión COSC y su reserva de marcha es de 48 horas. La desaparición del modelo de cuarzo hace que el diver de acceso de gama de Omega cueste casi el doble, ya que el Seamaster Quartz rondaba los 1.700 euros frente a los aproximadamente 3.200 euros del nuevo 300M coaxial. Pero, ¿merece la pena su compra?
Tal y como lo sacas de su caja te das cuenta de que el reloj ha cambiado mucho, y esos cambios le han sentado bien. Lo único que conserva este Seamaster respecto al anterior modelo es la caja, que mantiene su tamaño de 41mm, cómoda y con un tamaño perfecto, y las agujas tipo esqueleto. El resto es nuevo. El bisel, que antes era de aluminio, ahora es cerámico prácticamente imposible de arañar. El dial de las olas tan característico del "Bond" ha sido sustituido por uno brillante, con unos bonitos reflejos que recuerdan al empleado por Omega en el Planet Ocean "Liquidmetal". Los índices y las agujas tienen el mejor tratamiento de superluminova que he visto hasta la fecha, con una luminosidad muy intensa y duradera. El cristal es de zafiro con tratamiento antirreflejos. En cuanto al armis, aunque en principio parezca el mismo, es un nuevo modelo con pasadores con tornillos en vez de tapones, facilitando su ajuste sin tener que visitar al relojero. El cierre tiene unos pulsadores nuevos de diseño ovalado. Se mantienen las dos coronas roscadas, la de las tres para ajustar la hora y la fecha y la de las diez que cubre la vávula de helio. El fondo roscado tiene el clásico logo del hipocampo, que ha sido rediseñado para la ocasión, perdiendo el fondo texturizado y sustituido por las olas que antes estaban en el dial.
Todos estos cambios han convertido al Seamaster 300M en un reloj casi perfecto. La calidad que transmite es muy superior a la de su antecesor. Probablemente sea el mejor diver del mercado teniendo en cuenta su relación calidad-precio. Es válido para todo, elegante y deportivo, con mucha personalidad y perfectamente reconocible. De inicio estará disponible con dial azul y dial negro. En el modelo anterior, mi elección fue la azul, es el más carismático y el modelo escogido por Omega para James Bond. No obstante, en la versión nueva ese color no es tan atractivo, se echan de menos las olas del dial y el datario en negro no crea un contraste bonito con el azul de la esfera. Pero el reloj en color negro es impresionante: el brillo del dial es hipnótico y el conjunto con el bisel está muy conseguido. El único problema que tiene el Seamaster 300M lo tiene en casa, ya que Omega está totalmente volcada en promocionar el nuevo Planet Ocean con calibre 8.500 sin apenas mencionar esta novedad cuando hace pocos años era su buque insignia. Una pena porque el reloj es de los divers más bonitos que he tenido en mis manos.
Sin duda, dura competencia para el Submariner de Rolex. El diseño del anterior con el dial olitas era algo clásico en los Bonds...
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