Los relojes mecánicos chinos están de moda, le pese a quien le pese. Por pocos euros marcas como Parnis, Alpha o la misma Tao ofrecen modelos con una calidad muy digna, bastante fiables y aparentes. La pega puede ser el diseño, no porque sean malos, sino porque en la mayoría de los casos imitan a firmas suizas de prestigio como pueden ser Rolex, Panerai o Cartier.
El modelo de esta revisión es el TAO-291-BD, un reloj más que inspirado en el Gerald Genta Octo Bi-Retro (actualmente se vende como Bvlgari Octo). El original suizo es una de las piezas más espectaculares que he tenido en las manos por su calidad de acabados, impresionante calibre y particular estética. El "homenaje" de Tao no tiene las agujas de minutos y segundos retrógradas, pero mantiene las horas saltantes, de forma que la aguja pequeña indica los segundos, la grande los minutos, y la hora la vemos en la ventana situada a las 12.
El Tao "Horas Saltantes" es un modelo muy interesante. Los acabados del reloj son bastante decentes, con una caja con formas calcadas del mencionado Gerald Genta, mezclando terminaciones pulidas con cepilladas, y líneas circulares con octogonales. Es llamativo, y quizás algo grande debido a su particular diseño. La caja mide 43mm con un grosor de 11mm, fabricada en acero, con cristal y fondo de plexiglass. La trasera traslucida permite ver la maquinaria en funcionamiento. El dial combina los colores negro y blanco con inserciones cromadas. Ni los índices ni el dial llevan luminova. La corona esta muy bien acabada y su tacto es realmente cómodo. No se aprecia ningún detalle mal acabado ni en el dial ni en la caja, parece que los chinos están cuidando más estos detalles, porque hasta hace poco no era raro encontrarse con molestas motas de polvo dentro de la esfera o fallos de montaje en general. El fabricante anuncia una estanqueidad de 30 metros, pero yo no lo acercaría al agua: la corona va a presión y el fondo va fijado por 8 tornillos.
El calibre que da vida a este Tao International es un Seagull automático con remonte manual, que marcha a 21.600 alternancias por hora y tiene una reserva de 40 horas. La unidad que he analizado adelanta unos 15 segundos al día, y la maquinaria es bastante ruidosa, tanto por la marcha como por el sonido de la masa oscilante. Incluso al darle cuerda suena mucho. La decoración y los acabados son muy justos, no creo que merezca la pena que el fondo sea visto.
Lo peor del reloj es sin duda la correa. Supuestamente es de piel, imitando un acabado de cocodrilo en color negro. Es muy dura, poco flexible e incómoda. Tiene un ancho de 24mm con una hebilla cromada firmada por el fabricante. Su particular forma hace que sea complicado encontrar una sustituta de mejor calidad.
En resumen, tengo que reconocer que el TAO-291-BD no está nada mal. Es evidente que no podemos comparar un reloj que circula por internet rondando los 100 euros con un suizo cuyo precio tiene 5 dígitos, pero por esa cantidad nos podemos permitir el lujo de disfrutar de un horas saltantes bastante preciso y llamativo, y encima bien terminado. Todo un anticrisis con una complicación curiosa y un diseño que no dejará indiferente a nadie.
Muy bonito, pero le veo las pegas de que es "sonajero" en cuanto a masa oscilante(ya tengo un Parnis, muy bonito también, pero empiezo a odiar ese ruidillo...)y que la esfera de los segundos se come por abajo los minutos, de 25 a 40 con lo cual te esfuera saber con precisión la hora en la que estás, y más si vas al minuto...lo veo en ese sentido poco funcional.Saludos.
ResponderEliminarAhí la has dado, relojes aparentes por pocos euros. El perfecto status freeloader.
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